Los Caballos Maestros

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Dentro del mundo ecuestre es habitual escuchar la expresión “Caballo maestro”, sobre todo en los clubes hípicos en donde se pone el acento en el aprendizaje de andar a caballo, sobretodo como deporte  y también con fines recreativos. Pero… ¿A qué nos referimos con este término? ¿Cuál es la importancia de los llamados Caballos Maestros? ¿Por qué marcan un antes y un después en nuestra vida?

Un término de larga data

La Equitación es una de las disciplinas deportivas más completas, por los numerosos beneficios tanto físicos como emocionales que produce no solo el andar a caballo sino el estar y compartir nuestra vida con ellos. Para todos aquellos que hemos tomado clases y hemos hecho “la Escuela”, sabemos por experiencia de años, lo válido de la frase “jinete joven, caballo con experiencia” y cuántas horas de práctica debemos realizar.

Subir a caballo puede parecer sencillo (a veces), pero lograr sentirse UNO con el caballo, sentir el “efecto centauro”, es algo que lleva una combinación de años, dedicación, práctica y arte en conjunto. Es, sin duda, uno de los mayores logros que una persona puede obtener. Durante mis años de aprendizaje en la Escuela Municipal de Equitación, donde mi padre fue Director, recuerdo que una frase que se repetía siempre, sobretodo en el nivel inicial: “Recién empieza, va a montar a tal o cual caballo, que será su maestro”… 

¿Pero por qué se dice esto? Pues bien, la elección de un caballo para enseñar equitación es una de las partes fundamentales para el logro del aprendizaje. Los instructores de Equitación eligen aquellos caballos de mayor experiencia, que trasmiten “su saber” en forma sencilla ya que son seguros, sociables y completamente confiables (receptivos y perceptivos hacia el aprendiz). Asimismo, como todo buen maestro, son fuertes, resistentes y pacientes.

El caballo maestro suele tener movimientos suaves y cadentes, es de carácter estable y firme, producto de años de trabajo y preparación. Son caballos de un valor extraordinario, reúnen muchísimas cualidades que los hacen ser los preferidos y les cuadra perfecta la frase: “están para llevárselos para la mesita de luz”. Son Maestros sin necesidad de montarlos: el solo hecho de estar y compartir con ellos momentos de mutua compañía nos permite conectarnos hacia la Vida de una forma nueva y resignificar objetivos y emociones.

Mirando en perspectiva, reconozco todo lo que los caballos nos han enseñado y cambiado nuestras vidas a lo largo de los años, lo cual no deja de asombrarme aún hoy. La palabra que más define mis sentimientos es la Gratitud. Lo que no deja de sorprenderme y maravillarme, es esa enorme capacidad del Caballos de impactar en nuestro corazón y hacernos crecer y querer ser mejores. Y todo sin palabras…

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